El Sistema Inmunológico desempeña un papel primordial en el mantenimiento de la salud y de los procesos de autocuración.
A nivel físico, es una energía de defensa del organismo en relación con el exterior. Reconoce y actúa contra cualquier microbio, virus, bacteria o antígeno que pretenda entrar en el cuerpo.
La primera barrera de protección es la inmunidad innata. Conforma el circuito triangular: Coronilla, Ombligo y bazo. La energía vital circula tres veces por el triángulo y transmite energía en cinco direcciones: al centro laríngeo, el plexo solar, el corazón, el cóccis y el Sistema nervioso.
Se desarrolla en los tres fogones. Se inicia en el fuego del caldero Inferior, donde moran las energías hereditarias, que conforman el nivel Celeste, la Energía de defensa, activada por la respiración, que constituye el plano humano y la energía del alimento que representa el nivel Terrestre. Tiene un circuito rápido diario que lleva el ritmo del sol, uno lento, mensual y uno estacional que se corresponde con los cinco elementos: fuego, tierra, metal, agua y madera.
La energía defensiva se activa por el fuego del caldero inferior, se alimenta a través del caldero medio y transmuta a través del superior, desarrollando la creatividad, para ser capaz de adaptarse a cualquier circunstancia no prevista en su proceso de evolución.
La Inmunidad de la persona se expresa en el reconocimiento propio como parte de Dios, un espíritu en la experiencia aquí y ahora en la Tierra. Cuando algo interno o externo amenaza, el Sistema Inmunitario reacciona.
A nivel físico las células macrófagas elaboradas en la médula ósea destruyen los microorganismos intrusos. Los linfocitos B, un tipo de glóbulos Blancos, detectan los antígenos y producen unas moléculas proteínicas, las inmunoglobulinas o anticuerpos, que reconocen al antígeno y lo atacan. Los linfocitos T producidos por el Timo, destruyen los microorganismos infecciosos, eliminando las células del cuerpo que han sido infectadas. Los linfocitos B y T se concentran en las amígdalas y ganglios linfáticos y funcionan como filtros. El hígado desarrolla células para eliminar sustancias tóxicas absorbidas en el tracto intestinal. La flora intestinal con su mucosa, facilita la absorción de nutrientes para impedir la multiplicación de gérmenes patógenos. El bazo, produce linfocitos para destruir bacterias o células malignas. La glándula Timo, recibe órdenes del cerebro y regula los linfocitos T.
La infección puede generarse vía sexual, del contacto corporal, a través de la sangre, del aire, de insectos, de alimentos, del agua o del psiquismo.
Los bloqueos psicológicos del Sistema Linfático tienen que ver con el estrés, la ansiedad, la ira contenida, el odio, la amargura, la aflicción interna, la sensación de fracaso, de soledad, de tristeza o desesperación.
La enfermedad autoinmune se debe a una lucha entre la energía centinela y la energía mental. La persona crea en su mente algo que desea, pero al no ser consecuente para materializarlo y bajarlo a tierra, la persona se envuelve en los estados psicológicos antes mencionados y se va bloqueando y estancando.
En la evolución personal, han de converger tres fuerzas: el proyecto que el cielo tiene para cada persona, las capacidades y la personalidad para llevar a cabo su misión en la tierra y la energía del individuo y su grado de vitalidad física. Del equilibrio de estos tres factores dependen la salud, la armonía mental y la felicidad de cada persona.