KUNDALINI:LA FUERZA CONSCIENTE DEL SISTEMA NERVIOSO

La energía Kundalini es una energía en forma de espiral ascendente de fuego blanco de nuestra consciencia que asciende desde el cóccix hasta la coronilla y el cielo. Representa la alquimia del recorrido de la consciencia del alma, desde la conexión con la consciencia de la Madre Tierra, nuestro propósito vital y el despertar de nuestras memorias celulares y galácticas, hasta la autorrealización como ser multidimensional.

En el aprendizaje de la consciencia de la tierra, empezamos estableciendo el reconocimiento de nosotr@s mism@s como semillas estelares, viviendo una experiencia en la tercera dimensión, para aprender el significado de la presencia consciente, desarrollando la claridad, la dirección desde el discernimiento, la voluntad, la seguridad interna, la fuerza y la determinación, para seguir el camino del amor y la intuición. En esta etapa, desarrollamos el poder del cóccix y el sacro. Recogemos en nuestra consciencia las memorias de activación del patrón divino en nuestro ADN, para despertar a la conciencia de unidad y crear la vida, desde la conciencia de nuestra esencia, aprendiendo la primera lección de nuestro espíritu: la aceptación de cualquier circunstancia vital como medio para nuestra evolución personal.

Una vez integrado este primer proceso, pasamos al plexo genital y la zona del vientre, donde aprendemos la lección de la entrega, para ser capaces de fluir en la vida sin resistencia, dándonos el permiso de sentir, gozar y vivir las emociones desde la observación y el desapego, sincronizándonos con el flujo de la energía Kundalini planetaria, para ser capaces de restaurar el flujo armónico del Sistema Nervioso y sanar las heridas propias y planetarias relacionadas con la energía sexual y la separación de las energías masculinas y femeninas, de forma que podamos integrarnos en una totalidad unificando nuestras polaridades, transformando las resistencias ocasionadas por sentimientos de miedo y dolor en perdón, entendimiento y reconciliación, para ser capaces de fluir a través del cambio y la adaptación a las circunstancias siempre variantes de la vida.

Cuando aceptamos, perdonamos y fluimos, somos capaces de observar y desapegarnos, para aprender las enseñanzas de la vida de forma sabia y consciente; entonces, estamos preparad@s para elevar la energía, vía médula espinal, hacia el plexo solar, donde recogemos el poder del fuego interior, para ser capaces de observar nuestras carencias, miedos y apegos y desintegrar nuestro sistema de creencias, basado en la identificación con el Ego. En esta etapa, accedemos a la intuición del corazón, reconectándonos a nuestra esencia divina. Aprendemos a ir más allá de los sentidos físicos para integrar los sentidos de nuestra mente superior, expandiendo la conciencia hacia la visión interior, permitiendo que la energía consciente del alma, se fusione a nivel celular y nos permita conectarnos con nuestra voz interior o guía divina, que representa nuestro aspecto femenino y sincronizarlo con la atención y la intención, que representa nuestro aspecto masculino en una sola unidad de sentimiento y acción, accediendo así, a la consciencia del corazón. El alma se entrelaza entonces con la conciencia y accedemos al espacio sagrado de nuestra propia verdad, sabiendo discernir y expresarnos desde la integridad de nuestro ser, anclando a nivel de la glándula Timo y la garganta, la armonía de la energía del amor y la sabiduría. Entonces, la energía asciende hacia la región occipital de la cabeza, donde experimentamos la apertura de un centro de conciencia de alta frecuencia de la mente espiritual y entendemos el significado de la sacralidad, haciendo sagrado cada acto de nuestra vida. De esta forma, unificamos el pensar, sentir y actuar, sincronizándonos totalmente con nuestra alma. En estado consciente, vivenciamos la cualidad de la plena presencia; integramos el área mental, emocional y físico en una sola unidad, accediendo a la creatividad de la mente superior. El fuego mental o la mente espiritual se enciende, convirtiéndonos en co-creadores, participando conscientemente del proceso de creación. La totalidad del campo neuronal del cerebro se ilumina, despertando la energía de nuestra propia consciencia y conectándonos con el campo cuántico de todas las posibilidades, integrando las tres energías básicas del amor, la inteligencia y la voluntad, en una sola unidad de acción consciente, despertando las tres corrientes principales de nuestro Sistema Nervioso en un todo armonioso, iluminando la escalera celeste que comunica el cielo, la conciencia del alma, y la personalidad, reflejado en la tríada: cuerpo, mente y emociones, sincronizados en la presencia consciente del espíritu, experimentando el cielo, como un estado de autorrealización, viviendo conscientemente la vida en amor y libertad. El chakra de la corona se activa, encendiendo los receptores de luz que activan nuestro ADN y nos reconectan con la frecuencia de la luz. El ADN recibe una vibración de la frecuencia de la luz, activa toda la red neuronal cerebral y la transmite vía Sistema Nervioso, a todo nuestro cuerpo y nuestra consciencia despertando así, todas nuestras memorias y accediendo, a la consciencia galáctica de la multidimensionalidad de nuestro ser.

Si deseas seguir leyendo acerca de este tema, tienes a tu disposición los siguientes artículos:

-Kundalini y la espina dosal, en esta misma sección de autosanación

-La transformación del ADN y la Kundalini en la sección de sexualidad sagrada

 

 

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KUNDALINI Y LA ESPINA DORSAL

La kundalini es la energía  del espíritu que penetra en el cerebro del embrión humano el cual tiene la forma de un prisma que refracta la luz en dos direcciones. La luz que se desliza hacia los lados va a formar el Sistema nervioso simpático y el parasimpático, pero la luz que se refleja en la cúspide del prisma desciende directamente vía Sistema nervioso central, desde la cabeza hasta el cóccix, permaneciendo en el hueso sacro en forma de energía en estado potencial.

En el camino ascendente de la kundalini a lo largo de la espina dorsal, hay tres cruces primordiales en los cuales la energía de los tres caminos, Ida, Pingala y Sushumna confluye. El primer cruce se da en el final del primer caldero. La energía fluye por el primer y segundo chakra y en el fuego del tercero confluye la energía. En este tránsito, la conciencia se expande en el primer caldero y nos damos cuenta de nuestros apegos emocionales. En este tránsito, empezamos a ser conscientes del significado de desapegarnos de nuestras sensaciones y nuestras interpretaciones y nos centramos en nuestro Tan Tien o centro de gravedad, aprendiendo el significado del centramiento y arraigamiento, más allá de las interpretaciones. Al ser conscientes de nuestro lugar en el mundo, el primer fuego se enciende y pasamos por la puerta estrecha de la resurrección a la consciencia del corazón. En este segundo caldero, nuestra consciencia se enfoca en el cultivo del espacio sagrado del corazón. En este espacio, nos sentimos hijos del universo, Ki-ris-ti, hijos del sol. Consciencia en tránsito guiad@ por la humildad, la claridad, la transparencia y la integridad, aprendiendo a dar y recibir desde el corazón, dejando viejas pautas del Ego atrás, para unificarnos en la consciencia de un solo corazón. Al conectar conscientemente con nuestro espíritu, nos adentramos en la tercera puerta, el sexto chakra, que permite establecernos en la consciencia de unidad, siendo capaces de ver en la profundidad y trascender el pasado y el futuro, actuando en la presencia del eterno presente. Los dos hemisferios cerebrales se equilibran y expandemos nuestra vibración a la frecuencia de la luz y el sonido. Los sentidos se amplían, la consciencia se expande y conectamos con el lenguaje del universo.

En el principio de este recorrido,  la tierra y el agua despiertan el fuego. Aqui el movimiento es lento, pues vamos paulatinamente recibiendo y reciclando la información del despertar de la consciencia. Tomamos conciencia de la necesidad de mirar hacia adentro y darnos cuenta de que en esta encarnación, todo ocurre por y para nuestro desarrollo y los diversos escenarios, sucesos, personas, encuentros, agradables o desagradables, solo reflejan nuestro estado interior. En la medida que somos conscientes de nuestro funcionamiento, nos damos cuenta de cómo creamos nuestros estados emocionales. En este estadio la kundalini se mueve como un torrente con cascadas y saltos emocionales, hasta que aprendemos a conectar con nuestro calor interno. Ya no necesitamos afirmarnos a través del exterior y la vara de fuego nutre nuestra autoestima, otorgándonos nuestro lugar. Entonces, una vibración de ligereza envuelve nuestro ser y el hacer se convierte en ser. El corazón se expande y la kundalini se expresa como el aire que abre las ventanas de la expresión clara y amable. Nos sentimos capaces de dar el salto al vacío que conlleva la fuerza de la confianza, la firmeza de la expresión y la sencillez del ser. Entonces, La kundalini se mueve con la fuerza del éter que interconecta las energías mediante la ley de la sincronicidad. El segundo caldero se alimenta de las energías conscientes de la expresión sincera del corazón y permite que la kundalini ascienda hacia la consciencia del ser en el tercer caldero. La conciencia se aquieta  y el espíritu se unifica, permitiendo que la energía del cosmos fluya y se exprese a través de la persona, despertando nuestras capacidades creativas, para manifestar el ser que somos. Pura luz, amor y compasión en acción, conectados con el poder del amor divino, abriéndonos a experimentar un nuevo estado de consciencia.

En el recorrido ascendente de la kundalini, si el sistema nervioso y el sistema glandular están sanos, fuertes y equilibrados, la energía sube por el líquido céfalo-raquídeo hasta el cerebro, que integra toda la información, y permite que nuestra percepción se expanda, otorgándonos la capacidad de discernir con claridad, precisión y profundidad y actuar desde el estado de unidad, trascendiendo la acción como reacción y asentándonos en la libertad de la acción como acción. La mente despierta y dejamos de vivir en el mundo de las proyecciones, las suposiciones y las imaginaciones, asumiendo nuestro propósito en la vida.

Una vez la Kundalini se eleva desde el perineo hasta la coronilla, desciende de nuevo hasta el perineo, activando el circuito energético trasero, por  la espalda, el canal Vaso Gobernador y el delantero, por el canal Vaso Concepción, estableciéndose permanentemente, el circuito energético que nutre nuestro cuerpo, nuestra psiquis y nuestro espíritu, despertando todo nuestro potencial en las actividades de nuestra vida cotidiana.

La médula espinal con su tejido nervioso, actúa como una vía para transmitir información a la velocidad del pensamiento, volviéndonos capaces de crear y materializar aquello que deseamos en nuestra vida.

En este proceso, hemos de tomar consciencia de los 33 segmentos de la médula espinal, para despertar la consciencia de cada segmento y permitir el libre fluir de la energía Kundalini.

Cóccix: armonización consigo mism@. Vivir el presente

Sacro: recoger el poder y la autoridad propia

Lumbar 5: disfrute de la vida y  el placer. Comunicación fluida

Lumbar 4: solvencia económica. Desarrollo profesional

Lumbar 3: liberación sexual y de las ataduras de culpa y odio

Lumbar 2: liberación de las limitaciones infantiles y familiares

Lumbar 1: sensación de sentirse apoyad@ y amad@

Dorsal 12: disposición a sustentarse un@ mism@. Seguridad

Dorsal 11: aceptación personal y capacidad de relación

Dorsal 10: dar, recibir y responsabilizarse de la propia vida

Dorsal 9: recoger el propio poder para no culpar ni abandonar

Dorsal 8: soltar la idea de fracaso y  cultivar el propio bien

Dorsal 7: liberarse del dolor y abrirse a la dulzura y el disfrute

Dorsal 6: soltar el enfado, el temor al futuro y confiar

Dorsal 5: liberarse del sentimiento de frustración y furia y fluir

Dorsal 4: soltar la crítica y el juicio aprendiendo a perdonar

Dorsal 3: liberar viejos rencores y comunicarse libremente

Dorsal 2: soltar el miedo, el dolor y la sensación de agravio

Dorsal1: afrontar las circunstancias sin miedo y como vengan

Cervical 7: dejar de sentirse desamparad@  y relacionarse

Cervical 6: soltar sobrecargas y resistencias. Cuidar de un@

Cervical 5: liberarse de las expectativas y del temor al ridículo

Cervical 4: desligarse de la ira, la culpa y la amargura

Cervical 3: soltar la indecisión y hacerse cargo de lo elegido

Cervical 2: aceptar, comprender, crecer y sentir la sincronía

Cervical 1: cultivar el centramiento, la serenidad y confiar

Coronilla: conectar conscientemente con el espíritu

 

Cuando soltamos las viejas ataduras, nos liberamos de las limitaciones del  Ego y el ser brilla con la intensidad y el fulgor de la alegría, la confianza y la entrega de quien se siente hij@ del universo.

MINDFULNESS: INTEGRACIÓN MENTE-CORAZÓN

El ser humano es una entidad orgánica integrada en una unidad. El espíritu necesita del Ego para poder experimentar en la tierra y evolucionar hacia la luz, el amor y la consciencia. Cuando estamos enraizados en el cuerpo, estamos presentes y conscientes de cada pensamiento, emoción y acto que llevamos a cabo. En el cuerpo físico, el corazón es la estructura física y energética que permite la entrada de la energía cósmica desde la glándula Pineal y Pituitaria hasta la glándula Timo, y genera un movimiento de energía de tipo toroidal, la cual produce la elevación de nuestras frecuencias energéticas.

El universo, a través del sol, envía a nuestro cerebro, vía glándula Pituitaria y Pineal, la información que cada ser necesita para su proceso de evolución personal. Cuando la persona va acumulando conocimiento planetario, lo absorbe a través de su glándula pituitaria y lo distribuye en las distintas zonas del cerebro. En la medida que la persona desarrolla un sentido de correlatividad, se da cuenta que sus pensamientos generan ciertas consecuencias y que de ellos depende su sentido de la vida. Cuando la persona se eleva más allá de la necesidad de poseer y tener, la glándula pituitaria se activa y la persona empieza a proyectar en su vida y en su cotidianidad, un sentido espiritual de la vida donde el respeto, la ayuda, la aceptación, la paciencia y la transparencia se vuelven el punto focal, entonces una tercera glándula despierta. Se llama la glándula Rima. Está ubicada en la zona frontal de la cabeza y permite que la energía mental, psíquica y material se alineen y se equilibren el lado derecho e izquierdo del cerebro, según el grado de conocimiento, entendimiento y amor de la persona. La glándula Pituitaria y la glándula Rima en funcionamiento, impulsan a la glándula Pineal para que se active con más fuerza, permitiéndole a la persona acceder al conocimiento universal. El ser despierta produciéndose en él una reactivación energética. La vibración, el voltaje energético aumenta y la frecuencia vibracional de la persona se eleva. La persona se conecta con el universo y recoge la información-consciencia para bajarla desde el centro coronario hasta el corazón, donde se ancla en el centro cardiaco, para después irradiar y expandir su experiencia en pos de su propia evolución y el bien de todas las personas que lo reciban. El ser divino que hay en cada uno de nosotros comienza a despertar y un sentimiento de amor inunda a la persona, siendo capaz de tender un puente de unión desde los campos de creación superior, hasta los campos creativos físicos o materiales. De esta manera, su experiencia interna y externa se unifican en una sensación de coherencia interna, estabilidad y confianza que desemboca en el desarrollo de la virtud del corazón llamada transparencia.

La transparencia significa la capacidad de ser transparente frente a un@ mism@ y frente al mundo, dando acceso a lo que llamamos desapego: la capacidad de no ser afectad@s por ningún acontecimiento, persona, lugar o circunstancia. Esto nos permite trascender la personalidad dejando de reaccionar a los impulsos. De esta forma, accedemos al espíritu, viviendo sin resistencia todo lo que nos acontece en la vida, tanto las situaciones difíciles y dolorosas como las que nos proporcionan alegría, con la misma actitud de aceptación e integridad, sobrepasando las experiencias duales de acción y reacción, para establecernos definitivamente en la unidad y la coherencia interna, alineándonos en la vibración del momento presente.

LA TRANSFORMACIÓN DEL ADN Y LA KUNDALINI

LA TRANSFORMACIÓN DEL ADN Y LA KUNDALINI

La energía de forma serpentina llamada Kundalini está poco a poco despertando nuestra energía vital y se alimenta de las energías fotónicas que están entrando paulatina y constantemente a la tierra.

La energía Kundalini se eleva desde el coxis, en la base de la columna vertebral, produciendo un campo muy variado de síntomas físicos, emocionales, mentales y energéticos. Esta energía sube enroscada alrededor de los chakras y participa activamente en el proceso de la transformación del ADN: a medida que la energía kundalini empieza a subir, los chakras comienzan a girar provocando cambios cada vez más profundos en los chakras y en la estructura del ADN. Esta energía permite que cada vez seamos más conscientes y podamos ir ascendiendo en nuestro proceso de evolución. Esta energía Kundalini, acelera los electrones y nuestro campo electromagnético cambia, aumenta su frecuencia vibratoria e incrementa el nivel energético y vital.

En el despertar y la elevación de la Kundalini, la energía sexual y la energía espiritual convergen en una sola energía dando lugar al proceso del despertar de la consciencia.

Kundalini es una palabra del antiguo sánscrito que significa “enrollado como una serpiente”. Esta energía contiene el potencial de expansión de la consciencia y se almacena en los órganos sexuales siendo capaz de expandirse a todo el cuerpo. Cuando esta energía es utilizada por muchas personas, da lugar al nacimiento de un nuevo tipo de humanidad consciente.

La Kundalini es mencionada tradicionalmente en los textos hindúes, védicos y tántricos en la India, en las antiguas escrituras de Grecia, Egipto, Sumeria, China y Tibet en Oriente y también en las culturas latinoamericanas y los nativos de Norteamérica.

La fuente de la energía Kundalini es el Prana también llamado Energía Universal, Chi, Qi, Orgón, Bioplasma, éter, Aliento de vida, Espíritu Santo etc… es la energía que interpenetra todos los organismos vivos y es la Fuente de Vitalidad del pensamiento, sentimiento, movimiento y percepción. Esta energía eléctrica controla cada molécula del organismo y lleva la energía vital de un lugar a otro del cuerpo aportando fuerza vital al purificar y energizar las neuronas.

En los órganos sexuales esta energía de bioquímica delicada, fina y volátil se mueve a nivel molecular y submolecular y conecta directamente la energía del cerebro con los órganos sexuales mediante la espina dorsal para transformar la energía sexual en energía espiritual. La energía se eleva desde el primer chakra o centro de energía llamado en Sánscrito Muladhara hasta el séptimo, llamado Sahasrara, hasta llegar al centro Brahmarandra o la Cueva de Brahma en la cavidad ventricular del cerebro. Esta energía concentrada despierta el nacimiento de una nueva consciencia.

El despertar de la energía Kundalini es el despertar del corazón a la presencia consciente que permite que el poder del espíritu baje a la tierra.

En el Tantra, la energía llamada Shakti es la fuerza femenina que produce la manifestación. Shiva representa la energía masculina. Shakti se vuelve Kundalini y Kundalini se convierte en la energía del prana, el chi o bioplasma que fluye por los canales energéticos del cuerpo y se concentra en los chakras o vórtices de energía giratoria del organismo. Las energías sutiles se van condensando y transformando en el elemento tierra, agua, aire, fuego y éter, los cuales ofrecen la experiencia en el mundo material.

Shakti es la energía universal de la conciencia y Kunda es el recipiente que contiene el fuego ardiente de la base de la columna. Cuando Shakti reside en el cuenco llamado Kunda, se le llama Kundalini-Shakti. Cuando esta energía irradia desde su masa más sutil en forma de vapor se transforma en Chi, Prana o bioplasma y llega a los centros de energía o Chakras donde se generan los cinco flujos de energía: tierra, agua, fuego, aire y éter.

Según los principios del Tantra, el universo nace de una sustancia o energía: la energía Shiva-Shakti ( conciencia y energía). Al materializarse en un principio, se separan para dar origen a la consciencia individual, que luego irá evolucionando y combinando ambas energías para volver a la unidad. Shakti nos proporciona la energía femenina dinámica y creativa que está en la base de la columna y despierta a Shiva que es la consciencia suprema sin forma situada en el séptimo Chakra. Así, cuando la kundalini despierta, la alquimia que se produce en la unificación de las dos energías da lugar a la realización espiritual.

El movimiento de estas dos corrientes energéticas está influenciada por las energías del sol y de la luna junto con el nivel de consciencia espiritual de cada uno.

Estas dos corrientes se enroscan en el canal central llamado Sushuma que está relacionado con el Sistema Nervioso central y es el tubo por donde asciende la energía Kundalini.

Ida es el canal femenino por donde fluye la energía mental y la fuerza de Shakti. Parte del lado izquierdo del chakra base ascendiendo por los chakras, como una serpiente, pasa por la fosa nasal izquierda y termina su trayecto en el entrecejo. Gobierna el funcionamiento de Sistema Nervioso Parasimpático y tiene como función relajar las funciones corporales y conservar la energía, relajando los músculos, disminuyendo el ritmo cardíaco y la temperatura del cuerpo. Además envía información a las vísceras para facilitar los movimientos peristálticos de la digestión, para que el cuerpo pueda asimilar los nutrientes.

La energía Shakti que asciende hacia la fosa nasal izquierda eleva su energía hacia el hemisferio derecho del cerebro, que nos proporciona el conocimiento mediante la intuición, la sensibilidad, la creatividad, la percepción espacial y artística y nuestras habilidades extrasensoriales.

La fuerza de Shiva asciende por el canal Píngala, que nace en la parte derecha del chakra base y sube serpenteando hasta la fosa nasal derecha y el tercer ojo. Este canal regula el Sistema Nervioso Simpático y es el acelerador del organismo para que la persona pueda relacionarse con el exterior en las distintas circunstancias vitales. Esta energía se encarga de aumentar la temperatura corporal, el ritmo cardiaco, la tensión muscular y la exteriorización de la consciencia a través de la acción. Se relaciona con el hemisferio izquierdo del cerebro y el lado derecho del cuerpo y dirige la mente racional, la expresión verbal, la capacidad numérica etc…

El flujo respiratorio va alternando de una fosa nasal a otra a intervalos entre una y dos horas equilibrando así el cuerpo y la mente en todas sus funciones tanto psíquicas como fisiológicas y cuando los dos flujos energéticos se equilibran, el flujo de Chi o Prana se activa en el canal central despertando la energía Kundalini o la energía de la consciencia espiritual.

La energía Kundalini se despierta a través del corazón que es el chakra del amor, la entrega, la fusión y la compasión para entregarnos a la vida con confianza, valor y fe y despertar la fuerza de nuestro espíritu para que se materialice en la tierra.

El despertar del corazón proporciona el acceso a una nueva forma de percibir y vivir la realidad desde el espíritu, para ser capaces de alinear las fuerzas de la personalidad bajo la dirección del espíritu y canalizar la energía del amor creativo a través de la intención consciente, para manifestar la multidimensionalidad de nuestra consciencia, dándonos cuenta de que creamos la realidad con nuestra propia conciencia eligiendo en cada momento la realidad que deseamos vivir.