MINDFULNES: ATENCIÓN, OBSERVACIÓN, RESPIRACIÓN Y CENTRAMIENTO

 

La atención plena y consciente nos ayuda a:

-Interactuar conscientemente con lo que está ocurriendo en el momento presente.

-Transformar el funcionamiento automático basado en la preocupación por el pasado o el futuro, el dolor, el estrés, las emociones, los pensamientos condicionados y los círculos viciosos que mantienen la insatisfacción vital, en un estado de aceptación, centramiento y serenidad.

-Armonizar nuestra salud física, mental, emocional y espiritual

-Aquietar la mente y sentir el bienestar interior

Mindfulness es la capacidad de estar presente en cada situación vital. Al prestar atención a cualquier cosa que suceda, surge una consciencia, que nos ayuda a centrar la mente y percibir en cada momento, los pensamientos y sentimientos propios y de las otras personas con las que interactuamos.

Mindfulness significa consciencia; vivir en una actitud consciente, supone llevar continuamente la atención al cuerpo, las emociones, los pensamientos y las situaciones que la vida nos depara, centrándonos en lo que predomina en nuestra consciencia en cada momento. De este modo, podemos prestar atención a la sensación de los pies pisando el suelo, la respiración, un dolor o tensión en el cuerpo, un sonido, una imágen, un olor, una sensación, una emoción o una idea que surge en la interacción, permitiendo que la consciencia se centre en cada experiencia vital.

Cuando focalizamos la atención, permitimos que la mente se centre y se estabilice, creando así una base, para ser capaces de concentrarnos en aquello que ocurre. Se trata de una atención receptiva que incrementa nuestro grado de presencia y nos ayuda a parar y considerar nuestros actos y comportamientos, en vez de funcionar en automático con los conceptos y roles aprendidos.

Si observamos nuestro comportamiento, vemos que no hay un yo concreto, sino una serie de pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones, que suceden momento a momento. En nuestro estado cotidiano de consciencia, no estamos enteros, más bien estamos fragmentados e identificados con una parte de lo que en realidad somos. Normalmente, prestamos atención con una pequeña parte de nosotros, mientras los pensamientos y sentimientos, fluyen de una cosa a otra, siendo muy poco conscientes de lo que sentimos en cada momento.

Cuando somos conscientes del cuerpo, muchas de nuestras formas automáticas de funcionar desaparecen, y el cuerpo aprende a relajarse y centarse. Esto nos permite observar los pensamientos que dirigen todo lo que hacemos y los sentimientos y estados de ánimo que se desatan fruto de nuestros actos.

Al acercarnos a nosotros mismos, podemos integrar experiencias, sensaciones, recuerdos e ideas, que por resultar dolorosos o desagradables, son expulsados fuera de la conciencia. Al llevar la atención de manera objetiva a lo que ocurre, sentimos que las emociones nos conectan con ciertas sensaciones corporales y ciertos pensamientos, fruto de nuestras interpretaciones.

Al llevar la atención a lo que acontece momento a momento, podemos desarrollar una mayor aceptación, una tolerancia y una ecuanimidad, y al atender a las sensaciones del cuerpo, podemos acceder a emociones reprimidas o recuerdos dolorosos, más allá de nuestra explicación racional, pues nos mantenemos centrados en la experiencia del momento presente.

Al observar la mente, nos percatamos del hecho de que la mente, normalmente está insatisfecha. Busca una explicación a todo lo que ocurre, para tratar de evitar el dolor o sufrimiento, y acercarse a un estado de placer, pero si estamos abiertos a cualquier situación que la vida nos ofrezca, trascendemos el estado de dualidad, y sin interpretar ni suponer, integramos cada experiencia como una enseñanza en nuestro caminar.

Cuando respiramos conscientemente, accedemos a diversas percepciones de nuestras experiencias personales, y nos percatamos de cómo hacemos para repetir ciertos comportamientos que provocan insatisfacción. Los pensamientos y sentimientos fluyen con más libertad y se crea una sensación de amplitud interior. Al detenernos en la atención de la respiración, y en la pausa o el espacio vacío, conectamos con una sensación de apertura y amplitud, que nos pone en sintonía con la existencia, y somos capaces de acceder a una nueva perspectiva sobre una enorme varedad de asuntos que nos atañen, pudiendo alcanzar profundas comprensiones en relación a nuestra vida y nuestras experiencias.

En estados de respiración y atención relajada, podemos llegar a descubrir diversos aspectos de una visión global del universo en total armonía con nuestra conciencia, permitiéndonos acceder al desarrollo de nuestro potencial interior.

La respiración consciente nos permite volver a nuestra atención cada vez que la mente se distrae anclándonos en nuestro presente. Esta actitud nos proporciona una sensación interna de centramiento, arraigamiento, seguridad, unidad y bienestar, otorgándonos la posibilidad de conectar con nuestra sabiduría interior.

Cuando aprendemos a dirigir nuestra conciencia a la respiración, aumentamos nuestra capacidad de centramiento, incrementamos nuestra facultad de concentrarnos y nuestra habilidad para convivir con cualquier pensamiento, sentimiento o emoción, sin que nos abrume ni atrape en un proceso de acción-reacción. En este estado de apertura relajada, empezamos a ser conscientes de un espacio en nuestro interior que se mantiene en calma y en silencio. Nos convertimos en observadores. Observamos con una atención relajada todo lo que ocurre sin emitir interferencias en forma de juicios, evaluaciones, interpretaciones o comparaciones. Observamos los pensamientos y emociones, sin identificarnos con ellas, solo siendo testigos hasta que no quede ninguna experiencia que observar, entonces, el espejo deja de reflejar y nos integramos en el ser que somos. La consciencia se libera de cualquier objeto externo, en forma de persona o situación, retorna hacia su orígen, y alcanza la autorealización.

EN ESTE TALLER , MIÉRCOLES 19 OCTUBRE, VAMOS A APRENDER A:

-Crear el espacio interno para centarnos

-Prestar atención a lo que ocurre en el interior

-Arraigarnos en nuestras sensaciones físicas

-Aceptar cualquier pensamiento, sentimiento o emoción sin interferir

-Observar las sensaciones que se producen al respirar

-Mantenernos objetivos, sin juzgar ni analizar

-Mantener la atención focalizada

-Respirar de forma consciente

-Expandir el ámbito de la consciencia

-Cultivar el estado de presencia

Si deseas más información, puedes consultar en: 

http://wp.me/p45a2M-qo

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