El tercer ojo abre la puerta a la conciencia alcanzando la visión interior y el conocimiento del alma. Al abrirnos a esta dimensión, nos liberamos de nuestras interpretaciones y limitaciones captando un contexto global. Desarrollamos la capacidad de visualizar y discernir desde la visión del alma, de forma que podemos tomar decisiones más acertadas. Integramos las polaridades masculina y femenina en nuestro interior, desarrollamos nuestras percepciones y capacidades extrasensoriales como la clarividencia, la clariaudiencia, la telepatía y el dominio de los sueños. Nuestra capacidad de visualizar e imaginar aumenta, ampliamos la mente, se potencia nuestra capacidad de razonamiento, mejora la memoria, pudiendo mantenernos enfocados y concentrados claramente en lo que deseamos. Recibimos con mayor claridad información proveniente de nuestras sensaciones internas y nuestros sueños.
Al convertirnos en espectadores, observamos desde todos los planos obteniendo una comprensión global, desarrollando así nuestra capacidad de comprender las diversas situaciones y actuar desde la empatía y la resilencia.
La apertura del tercer ojo nos permite percibir los movimientos de la energía sutil, somos capaces de ver el cuerpo de luz o el aura, y entendemos con claridad los patrones de comportamiento. También nos ofrece la posibilidad de acceder a los registros akáshicos, abriendo un acceso a los reinos sutiles y a las múltiples dimensiones de realidades alternativas, planos sutiles y mundos espirituales. Nos da la capacidad para trascender el tiempo y el espacio, permitiendo que nuestro interior pueda viajar a épocas y lugares distantes, para recoger la semilla de los dones desarrollados en otros espacios y dimensiones, y traerlos a nuestro presente para darles continuidad y evolución.
El tercer ojo nos da la posibilidad de abrirnos al plano astral, a los mundos sutiles y a fuente de sabiduría infinita.
Al desarrollar el tercer ojo, en vez de pensar en la realidad, nos abrimos a ella. Nos reconocemos como luz y amor creando la realidad, permitiendo que cada momento sea genuino y verdadero, y cuanto más vamos hacia el interior, vemos la vida sin tantos filtros ni condicionamientos, y esto nos permite ver las situaciones con claridad.
Entramos en la dimensión del ser, aprendemos a ir más allá de los pensamientos abriéndonos al arte de la contemplación, observando lo que subyace detrás de lo que aparenta, y esto nos ayuda a interiorizar y a conectar con estados de conciencia más profundos, contactando con nuestro verdadero potencial y despertando la energía en sus diferentes niveles.
Cuando observamos nuestro interior, accedemos a las capas cada vez más profundas de nuestro ser. Esto nos permite disolver bloqueos internos y aumentar nuestro nivel de consciencia a la hora de relacionarnos y tomar decisiones.
En este estado de conciencia, observamos cómo reaccionamos y vemos las reacciones emocionales propias y ajenas, pudiendo mantenernos en el punto central, mirando de una forma neutra y desapegada, sin juicio, dándonos cuenta de lo que subyace detrás de los actos. Asumimos el mando de nuestra vida confiando en nuestra intuición e inspiración, en nuestra sabiduría y nuestra visión, actuando de forma libre y creativa.
Entendemos las diversas situaciones que nos presenta la vida y accedemos a la dimensión mágica y sagrada, sabiendo que nuestras posibilidades dependen de nuestras capacidades de manifestar desde la unificación del pensamiento, el sentimiento y la acción.
Al ser capaces de dirigir conscientemente nuestra energía, podemos cambiar nuestras vidas abriéndonos al flujo de nuestro espíritu, proyectando en la realidad, la visión creativa que proviene de la intención pura del corazón.
El tercer ojo es nuestro maestro interior que abre las vías de comunicación entre el ego y el yo superior, para facilitarnos el contacto con la guía de nuestro espíritu. En este estado de ser, alcanzamos la integración de la personalidad más allá del dualismo, integrándonos en una unidad de consciencia y recogiendo nuestro poder interior, para crear la vida que deseamos.