EL ANKH

El Ankh o la cruz egipcia es un símbolo que significa vida, fertilidad, luz, felicidad, fuerza y salud. También se le llama cruz ansada, llave de vida, llave del Nilo, cruz copta, cruz cíclica o cruz de Isis.

Simboliza la búsqueda de la inmortalidad, el renacimiento y la vida después de la muerte, pues los egipcios creían que el viaje en la tierra era una parte de la vida eterna, y que el Ankh, era la llave para abrir las puertas tras la muerte y acceder a la vida en el más allá, por eso se colocaba el Ankh en los labios de los faraones, para que su alma accediera a la vida después de la muerte.

También está relacionada con los ciclos de la vida, pues la parte superior en forma de óvalo se asemeja al ouróboros, la serpiente que se sustenta la cola, simbolizando el ciclo de la vida eterna.

La T de la parte inferior representa el órgano sexual masculino. Representa a los tres chakras inferiores que tienen correspondencia con los aspectos del Ego, los aspectos materiales y los principios masculinos. También  está relacionado con la estancia de los muertos, el inferus.

El asa representa el útero o el pubis  y simboliza la unión sexual, la reproducción, la reconciliación de opuestos, el tiempo cíclico y la representación de los tres chakras superiores y las energías femeninas.

La parte horizontal es la representación del tiempo lineal tal y como lo vivimos: pasado, presente y futuro. También representa el equilibrio de las polaridades masculina y femenina unificados en el centro del corazón.

En el antiguo Egipto, se representaba a los dioses llevándo en su mano el Ankh para mostrar el poder que ellos tenían sobre la vida y la muerte, pues se consideraban inmortales.

La diosa Hator daba vida con la cruz de Ankh y algunos faraones llevaban la palabra anj en su nombre para imbuirse de su poder, como por ejemplo Tut anj amon que significa ser la imágen viva de Amón, o Tut anj atón que significa ser la imágen viva de Atón.

El Ankh es un símbolo de renacimiento utilizado por Anubis e Isis para resucitar a Osiris cuando su hermano Set lo asesinó.

Los egipcios utilizaban el Ankh como símbolo para proteger a las personas y sus hogares. También la utilizaban en procesos de meditación para acceder a los registros akásicos, para la sanación, para abrir la energía cósmica y abrir portales a otras dimensiones. De esta manera, accedían a sanar traumas de vidas pasadas, traer la sanación a un problema actual o recoger valiosa información de dones y talentos que la persona había desarrollado en una vida pasada, para instalarla en la memoria akáshica de su aura en el presente. También lo utilizaban en las consagraciones, de forma que a través de un decreto hablado, unían una persona, un objeto o un lugar a una divinidad, consiguiendo elevar la vibración y el nivel energético de aquello que se unía. Ejecutaban los movimientos en giro hacia la izquierda para eliminar la contaminación  de entidades parasitarias y hacer una limpieza,  y a la derecha para invocar sanación, sabiduría, dones… junto con un decreto hablado, para imprimir en el aura esa energía de vínculo y luego, utilizaban la taconización para impregnar la materia física con partículas de energía vital o prana y armonizar la energía del aura con el decreto correspondiente y el movimiento en infinito. Otra aplicación era el sellado de fisuras en el aura ocasionadas por golpes, heridas, emociones contenidas, males de ojo u otras magias de baja vibración, para que estas grietas no permitieran la entrada de entidades parasitarias que contaminaran y bajaran la vibración del campo energético. También se utilizaba para transmutar egrégores, memorias energéticas o cordones energéticos de baja vibración y luego, armonizaban los chakras desarmonizados, rasgados o cerrados y los órganos afectados a través de las leminiscatas o los símbolos de infinito.

El Ankh también tenía la función de limpiar la tierra de cementerio que había sido utilizada para hacer magia negra.

Otro de los usos del Ankh consistía en energizar los órganos sexuales y ayudar en los procesos de fertilidad en las parejas.

La cruz egipcia gracias a su geometría, genera ondas de radiación taquiónica que infunde a los cuerpos sutiles energía de sanación, fertilidad, desarrollo espiritual y expansión de la consciencia. Los taquiones son partículas que infunden luz espiritual a la materia y elevan el campo vibracional.

Se le pide al cliente su nombre, apellidos y fecha de nacimiento, y a través de un ritual, se pide autorización a los seres de luz que guían la vida de esa persona y a los seres de luz que guían nuestra vida, para trabajar en el campo energético de la persona, y con un péndulo hacemos un diagnóstico para ver si hay en su aura intrusión de entidades, cordones etéricos negativos, fugas energéticas, bloqueos, desplazamiento del aura, sufrimiento fetal o en alguna otra etapa de su vida, y se pide ayuda a los seres de luz para efectuar la limpieza del campo energético. Se empieza por un anclaje que consiste en un arraigamiento y protección con la cruz levantada con la mano derecha y la mano izquierda apuntando a la tierra. Luego se decreta de la forma que cada un@ desee.

“ En el nombre de Dios Padre Madre Uno, yo invoco a la divina presencia Yo soy el que yo soy, para que se manifieste en mi y para que tal persona reciba la sanación que necesita. Pido ayuda para proteger el lugar, a la persona a sanar y a mi mism@, y pido la eliminación de toda entidad parasitaria y bajo astral que afecten a tal persona. Luego pido para limpiar el aura, los chakras y órganos, o para acceder y limpiar alguna memoria del pasado que perturba a la persona, girando mientras hablo con una mano hacia el cielo en el mudra de la consciencia y la otra girando en el lugar correspondiente en el sentido contrario de las agujas del reloj y echando los desechos energéticos a la llama violeta que visualizo a la altura de mis pies. Luego realizo un círculo en el aire con la cruz sobre la cabeza del cliente en sentido horario, haciendo el decreto para sanar y energizar el aura y el cuerpo, mientras giro con el Ankh en sentido horario, y dibujo el símbolo del infinito en el aire sobre la persona a tratar varias veces, y pido que se transmute cada una de las entidades o energías disarmónicas, para que sean energía de luz y retornen a su lugar de orígen.

Finalizo pidiendo para mi protección, salud, armonía y centramiento girando la llama violeta desde los pies a la cabeza y limpio el lugar donde he trabajado proyectando a través de las palabras y la llama violeta, la intención de limpieza y protección del lugar y de las personas que en ella habitan.

Agradezco de corazón el trabajo hecho y me consagro como trabajador-a de la luz al servicio de la luz, el amor y la consciencia. Me anclo a la tierra y ofrezco la sanación al cielo y a la tierra. Limpio el Ankh y le pido a la persona a la que he tratado que se incorpore para volver a chequearle con el péndulo.

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