EL OMBLIGO

Durante la concepción en el ombligo se forma la primera célula del feto, y a partir de ella, las demás células se desarrollan en espiral alrededor de ella. Este vórtice de energía giratoria conforma la fuente de energía vital. El feto se alimenta con la energía umbilical y elimina los desechos también por el ombligo.

Mientras el feto está en el útero, la energía entra al ombligo por el cordón umbilical, luego circula por el riñón izquierdo, el derecho, desciende hacia el centro sexual, el perineo y sube por la columna a la cabeza, para descender por la lengua y el pecho de nuevo hasta el ombligo, armonizando en su recorrido la energía del feto.

El ombligo transforma las fuerzas del prana y de los cuerpos sutiles en frecuencias de energía que van a materializar el cuerpo físico. Él es el encargado de integrar nuestras experiencias físicas, emocionales, vitales y sexuales, y en función de nuestro grado de consciencia, elaboramos una respuesta que nos facilite la comprensión de lo que estamos vivenciando como experiencia vital.

Si la energía umbilical está bloqueada, a la persona le cuesta entender otros puntos de vista, suele apegarse a su forma de entender la vida y no acepta otras visiones. Distorsiona la realidad y suele tender hacia interpretaciones que suscitan estados de miedo, tristeza, depresión u otro tipo de dependencias emocionales, pero si el ombligo está equilibrado, la persona es capaz de materializar desarrollando su voluntad, para romper viejos hábitos, viviendo la vida de forma gozosa, con alegría y confianza, creatividad y centramiento.

Cada pensamiento, palabra o emoción, emite una vibración que es captada por la zona del vientre llamada Hara, Tan tien o plexo umbilical. Esta área situada detrás del ombligo es el centro energético donde se unen la esencia, la energía y el espíritu y se da la transformación del ser a nivel físico, energético y espiritual, siendo el área donde reside la conciencia del ser.

El centro umbilical constituye el núcleo de la energía Chi original. Es el centro de transformación, acumulación y generación de energía. Su función consiste en almacenar y transformar la energía. Es nuestro mar de energía, también llamado el caldero inferior, el centro de operaciones del cuerpo y el espíritu. Equilibra todas las fuerzas, transforma las energías terrenales, universales y del plano humano en energía vital.

Se vincula con el elemento agua, las emociones, la sexualidad y la procreación y conforma nuestro centro de gravedad.

En el ombligo empieza y acaban los dos canales más importantes del cuerpo; el canal funcional que lleva la energía yin, femenina y fría y el canal gobernador que lleva la energía yang, masculina y caliente, conformando entre los dos, el circuito de la órbita microcósmica, que regula la energía de todo el cuerpo. Cuando llevamos la respiración al ombligo, la sangre y el chi fluyen, la respiración se vuelve profunda y rítmica, y el caldero inferior actúa como una bomba, que permite que la sangre y la energía fluyan y se distribuyan por todo el cuerpo distribuyendo las sustancias vitales.

El ombligo actúa como centro de control del sistema nervioso, el  circulatorio y el endocrino. Estos sistemas se entrecruzan en el abdomen, y si hay alteraciones, se provocan en esta zona enmarañamientos de los nervios, vasos sanguíneos y nódulos linfáticos, y si las emociones negativas no pueden encontrar una salida, las toxinas físicas y emocionales que el cuerpo no puede procesar, se almacenan en el ombligo, el centro del ombligo se congestiona y el cuerpo se desequilibra produciendo enfermedades.

La forma del ombligo y sus desviaciones determinan el tipo de patología que la persona está desarrollando.

El centro del ombligo también es el lugar donde es posible la comunicación con la morada de los muertos y de los dioses, conformando la puerta entre el cielo y el inframundo.

Astrológicamente está regido por las fuerzas de Plutón y la constelación de Escorpio.

En la zona del ombligo, unos centímetros hacia el interior, hay un punto que recoge más de 72.000 venas y a nivel energético, representa el punto gen de la encarnación, donde se conserva la memoria de la energía de nuestra primera célula, la energía del alma, los patrones de la personalidad, la energía ancestral y el holograma de nuestra vida. Es también el área que recolecta la energía del cosmos y nos permite fundirnos con otros planos de consciencia. Además, la energía Ka de nuestra alma se fusiona con el cuerpo a través de la cabeza, el chakra posterior del corazón y el ombligo.

Después de que la persona muere, el ombligo permanece caliente durante unas tres horas.

El ombligo es el principio y el final de la vida.

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