EL SÉPTIMO CHAKRA

El chakra de la corona se llama también la flor de los mil pétalos. Su elemento es la luz, el pensamiento y el sonido cósmico.

Su función consiste en conectarnos con la energía divina, y nutrir nuestra divinidad a través de la búsqueda interior y la conexión con el espíritu.

Se sitúa en el centro del cráneo y encima de la cabeza, y se abre hacia arriba en entrega y unificación.

El chakra corona es la Fuente, el punto de partida desde el cual se nutren todos los demás chakras, pues a través de la conexión con nuestra divinidad, aprendemos las lecciones de amor que nos depara la vida, y la intuición, es la chispa de luz consciencia que nos otorga una comprensión global de lo que en cada situación acontece.

El séptimo chakra también es el lugar donde culmina la energía Kundalini, que en su camino ascendente por los chakras, actúa como la fuerza de la conciencia que enciende nuestra  consciencia, aportándonos la comprensión de amor que cada chakra enseña. En ese camino ascendente, aprendemos las leyes del universo y las cualidades del alma a desarrollar en cada ocasión. Esto provoca cambios en nuestra percepción interna, renovando nuestra energía y elevándola a la vibración de la luz.

Cuando accedemos a la consciencia del séptimo chakra, vivimos las diferentes manifestaciones de la creación, unificando el cuerpo, la mente y las emociones en una acción coherente. Este grado de consciencia nos permite recibir las energías cósmicas a través de la humildad y la entrega incondicional a cualquier situación que la vida nos presenta, para que al transitarla, aprendamos a fluir espontáneamente en el flujo del universo.

Al alcanzar la consciencia de unidad, la persona da paso desde la concepción de sí misma al concepto de universalidad, pudiendo experimentar la conexión con otros planos de consciencia. En este estado, accedemos a la sabiduría interna, siendo conscientes de la guía de nuestro espíritu en nuestro caminar. Esta experiencia conduce a la apertura de la persona para percibir las señales de su intuición, convirtiéndose en un canal de presencia, y cuando vivimos en la atención y la intención, encontramos y expandimos nuestro verdadero potencial. En este estado, entramos en un espacio de consciencia sin tiempo, experimentando en cada instante el gozo interno y la paz del espíritu materializando asi, el propósito del alma.

Despertar el séptimo chakra supone despertar la consciencia. La persona se libera de sus ataduras psíquicas, y esa fuerza consciente alimenta el alma y el cuerpo energético, y cuando despertamos de la ilusoria dualidad del Ego, nos reconocemos como parte de una conciencia universal. En ese instante, la vibración de la glándula Pineal se fusiona con la Pituitaria, adquiriendo la velocidad vibratoria del aqui y ahora, permitiéndonos conectar con estados superiores de conciencia. Aprendemos a conectar con la Fuente luminosa de energía espiritual y esa quietud interna nos da acceso a la vibración de la conciencia universal.

El presente requiere tener energía consciencia, si no, la persona divaga y ensueña recordando el pasado o proyectandose en el futuro, y el darse cuenta, es la herramienta que nos devuelve al presente, entonces, en la velocidad vibratoria del presente, el Ego no puede actuar, ya que la frecuencia del presente no le deja entrar en la psique, y cuando la mente está  consciente de sí misma, se funde con lo observado, pero sin perderse en él permitiéndole a la conciencia fundirse con la universalidad.

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