La Atención centrada, cubo – tierra

                   LA ATENCIÓN CENTRADA

        TIERRA:ECUANIMIDAD, UNIFICACIÓN, VIBRACIÓN

El elemento tierra nos ayuda a arraigarnos, ocupar nuestro lugar, sentir, darnos sostén, seguridad y confianza, para lograr aquello que cada un@ desee en el proceso de su propio crecimiento interior.

Cada persona busca la dirección interna y la fuerza interior que le permita concentrar sus energías para unificar sus instancias internas y perseverar en su objetivo, pero la cualidad de la perseverancia, requiere de una estabilidad y regularidad, para ser capaces de convertirnos en observadores de lo que acontece, reconociendo la emoción, sentimiento, creencia, idea o motivo que nos impulsa, darle espacio para que exista, poner un orden en nuestro interior y saber conservar la energía, para no actuar de inmediato y caer una y otra vez en el patrón automático y repetitivo manejado por los hilos del subconsciente.

En el proceso de unificar nuestras fuerzas, necesitamos desarrollar un cierto grado de atención y concentración, para ser capaces de ver un poco más profundamente de lo habitual, pues la mente es muy rápida, y ante cualquier situación conflictiva, enseguida da una respuesta que nos mantiene en lo conocido. El silencio, el recogimiento y la paciencia, son las primeras herramientas de gran utilidad en el camino de reconocimiento interior.

Una vez reconocemos lo que está sucediendo en nuestra vida y nuestras relaciones, hemos de descender a niveles más profundos, para poder llevar a cabo el proceso de transformación interna, esto nos permite ampliar límites rígidos formados por interpretaciones personales de la realidad, comprendiendo el funcionamiento de la mente y reconociendo la fuerza que está actuando en la situación que estamos viviendo para aprovecharla en beneficio propio. Lo que cada un@ pueda utilizar depende de las fuerzas y capacidades que cada un@ haya desarrollado, pues si no es consciente de lo que está aconteciendo, el Ego usará la fuerza del momento, y a través de la mente y las emociones, se volverán a establecer en nosotros nuestras convicciones, ideas y sentimientos en un círculo vicioso.

La mente se manifiesta de 4 formas ante una determinada situación:

Cuando una persona desea emprender una nueva dirección, la mente le lleva a sus propios límites y programas recordándole a través de la duda y el miedo, que quizá no es el momento de llevar a cabo el cambio deseado y le muestra la dificultad para que posponga su idea, pero si la persona sigue adelante, puede hacerle ver lo dificultoso y la frustración de la idea de no poder alcanzar su objetivo, para que la persona deje atrás su iniciativa y vuelva a su cotidianidad. En esta etapa entra en juego el arquetipo del Guerrero que con suma paciencia, observa sus limitaciones y programas, y con coraje, disciplina y compromiso interno, decide seguir adelante escuchando su voz interior. Así consigue alimentar su iniciativa y observar los diferentes aspectos de la sombra, para utilizar esa fuerza a su favor y convertir la sombra en su potencial, pero la mente sigue alerta. La persona ha superado la primera traba, entonces, la mente le tiende la segunda trampa que consiste en recordarle a la persona su herida; la sensación interna de que no las tiene todas consigo, pues no es suficientemente… (la debilidad de cada un@). En esta etapa entra en juego el arquetipo del Mercader y el arte de la estrategia. El mercader ha de observar el obstáculo externo, qué es lo que ocurre fuera y con quién está tratando,cuál es su emoción y cuál la del otro, cuál es su idea y cuál la del otro, y ser consciente de sus convicciones, lo que cada un@ interpreta que se puede hacer o no se puede hacer, y ha de ser lo suficientemente hábil para usar las condiciones externas a su favor, cambiando la visión del enfoque de la mente, para ser capaz de ampliar sus límites internos y utilizar el caráctrer del otro o la fuerza de una situación, para confiar en si mism@ y perseverar en su objetivo, ya que puede encontrarse con situaciones en las que las personas con las que convive en esa situación no le facilitan el acceso a lo que quiere, pues consciente o inconscientemente ,dificultan la relación produciéndose situaciones de enfado, manipulación, falta de respeto, crítica o simplemente, que el otro no quiere que un@ cambie pues perdería beneficios secundarios, tendrían que cambiar roles, formas de relación, habría que ser más creativos, estar en el vacío o muchas otras consecuencias que el cambio de conducta del mercader conllevaría, con lo que la otra persona se va y deja el juego de la relación mutua, critica o se enfada. En esta situación de conflicto, si el mercader cree que sin la colaboración del otro o si no cambian las circunstancias externas no va a conseguir su objetivo, ha fracasado, pero si aun así persiste y confía en sí mism@, consigue escuchar su interior, entender su parte en la interacción y cambiar convicciones en su interior, para ampliar los límites internos y entregar más energía en la dirección de su objetivo, está ganando la partida . Entonces, ha llegado a la etapa del arquetipo del Sacerdote, la sacerdotisa o la guía interior. En esta etapa, aprende a sentir y dirigir su energía interna, moviéndose entre el mundo sutil y el físico, para ser capaz de comprometerse con su poder creativo, dar expresión a sus cualidades internas y unificar sus fuerzas para seguir su iniciativa, teniendo en cuenta que la realidad la crea desde dentro hacia fuera y de lo sutil a lo denso. Su comprensión de las leyes del universo le ayuda a sentir la cualidad de lo sagrado en cada uno de sus actos, sabiendo que cada cosa que hace, tiene una función y una dirección, y que la manifestación de lo que desee, dependerá de su grado de coherencia interna que se manifiesta en lo que piensa, siente y expresa. El arquetipo del Sacerdote-Sacerdotisa, maneja la energía de forma íntegra sin mentir, ni luchar contra lo que no sale. Más bien escucha, reconcilia, seduce y se entrega para evolucionar y hacer evolucionar todo lo que le rodea, utilizando la fuerza de la inercia a su favor a través del conocimiento consciente del funcionamiento de la energía. En esta etapa, el arquetipo del Mag@ se manifiesta y la persona vive en presencia. Aprende a vaciarse poco a poco de todo lo que le limita y esto le permite integrar los opuestos y a través de la sincronicidad interna, generar la externa por medio de la Ley de la Atracción, que precisa de la combinación de la atención, la intención, el proceso de fluir transformando la energía y crear de forma sencilla lo que un@ desea, ocupando así su lugar en el mundo como creador-a en el juego de la vida, donde un@ aprende en cada paso que da a identificar lo que desea, dar lugar a la introspección de lo que se mueve en el interior, negociar con los distintos personajes internos y externos, trascender las barreras de dentro y fuera vaciándose de lo que no le deja fluir , para mantener la fuerza y la cohesión interna de sentir lo que un@ desea, unificar fuerzas, entregarse pacientemente y desapegarse, para que el universo se manifieste a través de el o ella de la forma más adecuada para todos, transformando las creencias en experiencias, ayudándonos de este modo a entender lo que significa la existencia.

La geometría sagrada, el lenguaje de la luz que opera en nosotros y en el universo entero, plasma a través del elemento tierra las cualidades del cubo o hexaedro ,que nos ayudan a arraigar en la tierra lo que cada un@ necesita en su proceso de crecimiento. Las estructuras de cubo se asocian con el chakra raíz y el chakra sexual, proporcionándonos el sostén y la forma para que la energía se concentre y la luz divina tome forma y se haga visible.

La geometría sagrada contenida en el hexaedro nos conecta con la fuerza de la vida y el propósito de nuestra existencia en el plano físico. El cuadrado es la forma geométrica que representa a la tierra y sus cuatro puntos cardinales marcan la dirección de la energía ,para ayudarnos a orientarnos en el espacio y seguir nuestro camino de evolución.

La tierra nos proporciona el espacio para crecer y la consciencia de la tierra, Gaia, Amalurra, Pachamama… nos proporciona nuestras memorias para facilitarnos el proceso de liberación de viejos programas y la transformación en nuevas formas de entender y vivir la vida. En el camino hemos de desarrollar la dirección interna, la perseverancia, la fuerza, la sensibilidad, la confianza, para ser capaces de dar y recibir y sanar los sentimientos de culpa, dolor y miedo, y ser capaces de comprometernos en el proceso del despertar, integrando el mensaje de la tierra y el cosmos, reconociendo la unidad de todo lo que existe y el amor como forma de manifestación de la energía. En este proceso de aprendizaje, entendemos que la encarnación es una experiencia de maestría que parte del entendimiento de que somos lo que pensamos, que la interpretación fortalece nuestras creencias y que lo que hacemos se manifiesta más desde la interpretación que desde los  acontecimientos que vivimos ,y que para jugar el juego de la vida, hemos de trascender nuestra guerra interior, estar dispuest@s a despojarnos de nuestras creencias, emociones y necesidades egoicas, y crear la realidad desde una perspectiva diferente, realizando los cambios internos necesarios, para ser capaces de bajar el cielo a la tierra, representado simbólicamente en geometría sagrada a través de la cuadratura del círculo.

La figura del cubo nos ayuda en este proceso, aportándonos las cualidades de la estabilidad, firmeza, solidez, capacidad de concreción, protección, estabilidad para asentar la energía y crear un camino de prosperidad en todos los niveles de la existencia.

El cubo en el Judaismo y el Islamismo representa la fe, según los Rosacruces y los Masones, representa el proceso de conocimiento para dominar la materia y la naturaleza encontrando el perfecto equilibrio. En el mundo de la Magia representa la verdad, en el camino del Misticismo, se considera como símbolo de sabiduría y solidez, a nivel energético, el cubo es la estructura donde se reune toda la cadena de ADN y el cubo y el círculo en geometría Sagrada, representan la totalidad celeste y terrestre.

Cuando dos cubos se entrelazan, representan el sello de Salomón, la estrella de las ocho puntas del equilibrio interno. La estrella de 8 puntas se representa como dos cuadrados superpuestos a 45 grados y representa la estrella venusina, la diosa Madre, la Rosa de los cielos, o de los vientos, la Diosa de la fertilidad y la lluvia, y el poder de la manifestación en equidad, justicia y equilibrio.

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