Es la protectora de los objetivos, las metas, y los sueños del futuro.
Nos enseña a utilizar nuestros recursos y la fuerza de la voluntad para que el futuro sea próspero. Nos ayuda a sobrevivir y a ser respetuosos con nuestra forma de utilizar los recursos de la tierra. Ella mira por la preservación de todo tipo de granos, plantas, animales y piedras.
Nos guía para que desarrollemos las cualidades de la fiabilidad, la responsabilidad, el compromiso, la intuición, la receptividad y el conocimiento interior, mostrándonos el camino para conectarnos con la madre tierra, de forma que provea nuestras necesidades y nos guíe en nuestro proceso de crecimiento interior, para que cada un@ pueda encontrar sus verdades personales, apoyándonos para que podamos abrirnos sin temor al futuro, sabiendo que cada día hemos hecho de corazón lo que hemos considerado, para que el futuro sea expansivo y generoso.
En la oscuridad del cielo de la noche, a través de las estrellas, nos muestra todos los futuros posibles, y nos conduce en el mundo de los sueños, para que podamos elegir cuáles son las visiones que queremos hacer descender a la tierra. Nos guía a través de la Vía Láctea, recorriendo los fuegos de los asentamientos de los ancestros, para que podamos descubrir las antiguas verdades sobre la preservación y el conocimiento de los que han caminado antes que nosotros. Nos ayuda a recorrer la espiral sagrada, para que aprendamos a observar las diferentes etapas de la espiral con sus 8 direcciones y sus 8 poderes. En el cielo de la noche, como estrella de la noche, vive el lado femenino de su naturaleza. En el vacío de la espiral es todo y nada a la vez, un espíritu puro, y al cabo de los 8 soles, como estrella de la mañana, vive el lado masculino, mostrando su naturaleza. Al interior de la espiral fluyen las 8 direcciones: norte, noreste, este, sureste, sur, suroeste, oeste y noroeste, donde fluyen los 8 poderes que nos muestran nuestra naturaleza dual y unitaria al mismo tiempo. Por la noche nos encontramos con nuestra propia verdad, y de día aportamos y compartimos esas verdades personales y nuestros descubrimientos al respecto.
Ella pone en movimiento las dos ruedas medicinales; la del cielo y la de los humanos transitando ambos como una sola unidad, para que en el transcurso, aprendamos que dar y recibir son dos maneras sagradas de encontrar el equilibrio y la armonía en nuestra vida