Ella nos enseña a caminar nuestra palabra aprendiendo cómo caminar en la verdad a través de la voluntad y el cultivo de la autoridad interna. Esta madre nos enseña cómo guiar a través del ejemplo, sintiendo la sensación de alegría y contento interior en las situaciones que creamos en vez de buscar fuera la satisfacción de lo que otros opinan acerca de lo que hemos creado. Ella insiste en que cuanto más desarrollamos las aptitudes personales, mejor nos sentimos, pues caminamos con nuestra verdad personal estableciendo nuestra propia relación con el gran misterio y con la vida, conociendo y honrando en este caminar a nuestro espíritu.
Esta madre también nos ayuda en la labor de guiar a otros y es también la protectora de los nuevos caminos. Nos da el valor para dirigir desde el ejemplo, dando lo mejor de nosotros al darnos el permiso de explorar todas las posibilidades.
El conocimiento de lo ancestral nos da la base para que podamos añadir nuevas variedades que ofrezcan nuevas potencialidades a las antiguas formas de actuar.
La integridad apela a la capacidad de ser flexibles, para aceptar que otros sigan su camino a su manera, aunque sus actos nos desagraden.
En su medicina, nos muestra cómo mantener los ojos fijos en nuestro objetivo, manteniendo los pies en nuestro camino y en la verdad de nuestro corazón, sin esperar que el otro haga el trabajo por nosotros, soltando el miedo a accionar y buscando el equilibrio entre el tiempo consagrado a la actividad, el relax y la mirada al interior.