La Sanación Psíquica y el Ombligo

El cuerpo es una expresión de las energías masculinas y femeninas.

Lo femenino es nuestra fuente de inspiración. Crea el puente hacia el Alma. Es la energía receptiva e intuitiva que nos da sustento y nutrición.

La energía masculina apoya esa inspiración para que se manifieste en el mundo material. Su poder radica en la integridad y la veracidad, practicando lo que predica a través de la voluntad y la perseverancia.

Las circunstancias externas provocan que lo que está oculto en nosotr@s se exprese, así cuando sentimos una emoción provocada por la reacción de una persona o por una situación externa, podemos sentir la emoción y volvernos un@ con ella, dejando que se expanda por todo el cuerpo, pues al volvernos la emoción ella misma, con la debida atención, se va disolviendo en el interior, hasta que podamos integrarla cerrando así un círculo que equilibra y armoniza las energías femeninas y masculinas en nuestro centro. Este proceso crea una liberación interior que nos ayuda a desligarnos de aquella persona o circunstancia que ha provocado la emoción.

Entonces volvemos a nuestro interior llevando la atención al ombligo, que es el encargado de interpretar nuestras experiencias físicas, emocionales, vitales y sexuales, en función de nuestro grado de consciencia, elaborando respuestas que nos facilitan la comprensión de lo que estamos vivenciando como experiencia de vida.

En el centro del ombligo se conserva la memoria celular, la energía del alma, los patrones de la personalidad, la energía ancestral y el holograma de nuestra vida, siendo el área que recolecta la energía del cosmos y nos permite fundirnos con otros planos de consciencia, permitiéndonos acceder a la información necesaria, para cerrar adecuadamente el ciclo vital que estamos transitando.

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