Malkuth es la décima séphira del árbol de la vida. También recibe el nombre de la inteligencia resplandeciente, porque es aquí donde a través de la discriminación, la disciplina y la observación en silencio, materializamos nuestra vida como mejor sabemos.
Malkuth es el umbral de la muerte porque nos permite renovarnos constantemente. La vida acaba en la muerte que es seguida por una nueva vida, y así transitamos los ciclos de reencarnación, hasta que integramos todas las polaridades. La Cábala dice que si no respetamos las leyes del cielo y las de la tierra, volvemos una y otra vez, hasta reconsiderar nuestros actos y cumplir nuestro karma o tikun, de manera que podamos transitar las distintas experiencias, hasta acceder a la sabiduría y la integración consciente.
Otro de sus nombres es el de la madre, la naturaleza o el principio femenino de la energía universal que da vida a todo lo que manifestamos. La Shakti, es la diosa Malkuth que provee la base y la sustancia de la vida y de las relaciones basadas en el amor, dando la posibilidad de manifestación de todos los aspectos de la vida, a través del desarrollo de los dones de cada persona capaz de recoger las riendas de su vida y alcanzar sus metas, mediante el desarrollo de la autoestima, la fuerza interna, el dominio propio y el disfrute.
La Shakti es la fuerza de la consciencia, la kundalini enroscada en la base de la columna que concentra la energía para elevar la conciencia en la medida que asciende chakra a chakra, poniendo los mundos internos en movimiento desde el poder de la voluntad.
Malkuth también es la Shekinah de abajo, la naturaleza, Isis, la hija, la esposa, la doncella, el alma de la tierra y la presencia femenina de Dios, por eso se dice que es el reino de Kether en la tierra, entendiendo que lo de
arriba es igual que lo de abajo y lo de abajo es igual que lo de arriba, pues somos a imagen y semejanza de Dios, experimentando en la tierra, y además, la energía que reside en la base del cuerpo humano, es la misma que la que se manifiesta en el cráneo, mostrandonos que nuestra fuerza toca el cielo cuando estamos conectad@s a la tierra.
En malkuth existen los principios de los 4 elementos y a través de ellos, el fuego de la espiritualidad, el agua de las emociones, el aire de los pensamientos y la tierra de la materialización, cristalizamos todo lo que vamos aprendiendo e integrando en las distintas dimensiones.
En el tarot, Malkuth está representado por los cuatro dieces:
El diez de bastos corresponde a las cualidades del fuego. El nombre del arcano es el de opresión, y nos indica nuestra capacidad de salir victorios@s de cualquier situación conflictiva mediante el desarrollo del fuego personal, que se expresa a través de nuestra voluntad, alegría, entusiasmo y dinamismo. Si no somos capaces de superar el conflicto, acabamos en una situación de agobio por hipocresía y falsedad interna.
El diez de copas corresponde al elemento agua. Su nombre es éxito perfecto y representa el mundo del amor como autoestima y también como amor al otro y a cualquier circunstancia de la vida, pues sólo domando las emociones y sentimientos, llegamos a crear relaciones dichosas, si no, acabamos interpretando, proyectando y viviendo situaciones de calumnias y amargura.
El diez de espadas está en relación con el elemento aire. Su nombre es ruina y representa el funcionamiento de la mente que divide el mundo en dos y polariza todas las situaciones dividiendo las circunstancias vitales en buenas o malas. Esto provoca que nos comportemos en función de las interpretaciones que hagamos en vez de aceptar la lección global. Cuando somos capaces de ir más allá de nuestro punto de vista, la ayuda llega en beneficio de todos.
El diez de oros se relaciona con la tierra. Su nombre es opulencia y se materializa cuando los proyectos que llevamos a cabo son regidos por el poder creador del universo. En el caso de que sean ejecutados por el poder del ego, tarde o temprano, acaban en crisis.
Malkuth corresponde al primer chakra llamado Muladhara y representa el punto de apoyo para emprender el camino de la autorrealización. A través de este centro aprendemos a concentrar nuestra energía para unificar nuestras fuerzas y perseverar en el camino. Este chakra funciona a través de la atención y la intención, para actuar desde la claridad, la precisión, la unidad y la profundidad, que son los cuatro principios del elemento tierra, y concretar la visión del ser de Dios que somos en la materia. De esta forma, desarrollamos la fuerza primordial de todo ser humano consciente, que consiste en ser la mejor versión de un@ mism@, y esto supone ponernos a disposición del mundo, para que la frecuencia que pase a través de nosotr@s, sintonice con la frecuencia de los otros y les ayude en su caminar.
Cuando a lo largo del camino accedemos a nuestra sombra y permitimos que los condicionamientos y creencias vayan cambiando, transformamos nuestra vida creando una realidad de una consciencia nueva, observando de una manera amorosa y objetiva la realidad que creamos y vivimos, y cuando somos capaces de sostener nuestra consciencia y compartirla con otros, honramos el principio de la vida, el cual consiste en un equilibrio entre el dar y recibir que nos permite fluir y disfrutar la vida.
El primer chakra Conecta con el chakra Estrella de la tierra situado en la caverna de la creación, que es un lugar multidimensional en forma de geoda llena de cristales de cuarzo, donde cada ser que encarna accede a sus registros akáshicos. Cuando la persona llega a este planeta, éste es el primer lugar que visita antes de ubicarse en el útero de su madre, y es también el último lugar que visitamos después de morir y antes de volver a la energía de origen. Cuando venimos a la tierra, accedemos en la cueva de la creación a nuestra estructura cristalina, que registra la vibración de quienes somos desde nuestra primera encarnación hasta ahora, y al morir, agregamos a esa estructura cristalina la energía de todo lo que hemos hecho, así, las vidas que vivimos modifican la energía de la cueva, siendo ésta el registro de las almas y sus vidas y de la energía que ellas crean. La presencia de cada ser se convierte por tanto, en parte de la conciencia de la fuerza vital de la tierra.
Anclamos de esta manera nuestra energía a la tierra a través del nucleo cristalino de primera dimensión en conexión con el chakra Estrella de la tierra. Este centro de energía nos conecta a la consciencia de la tierra y fomenta la fuerza, la vitalidad y el sentimiento de pertenencia al grupo de seres humanos. Cuando nos anclamos al chakra de la Estrella de la tierra, permitimos el flujo de la energía cósmica y la energía terrestre a través de nosotros para que la energía vital o la fuerza de vida circule a través de nuestro cuerpo despertando nuestra consciencia.
Malkuth es el sueño hecho realidad, la creación en alquimia unificando las tres instancias, la energía del cielo, la de la tierra y la de nosotros como seres conscientes, que a través de la alquimia de los 4 elementos, elevamos la vibración del todo para que la energía de luz, amor y consciencia se manifieste y se realice en el cosmos.
Malkuth representa el cuerpo físico y su virtud es el discernimiento, la disciplina y el guardar silencio, y el vicio, la avaricia, la inercia y la ilusión de
que sólo existe lo físico y el materialismo.
Malkuth significa reino, cuerpo de la totalidad del universo manifiesto y sustancia de todas las cosas. También significa soberanía que se muestra a través de la presencia y del conocimiento de las leyes universales y de la tierra, para desde el poder interior, asentar lo que un@ desea, materializar y concluir procesos en función de cómo integramos la mente y las emociones mediante las palabras y los actos.
Malkuth funciona a través de la intuición y la fe, que nos lleva a sentir la divinidad en cada acto. Nos ayuda a discernir a través de la observación interna, si vamos en la dirección que deseamos y si somos persistentes en nuestros objetivos, siendo o no fieles a nuestros deseos y aspiraciones. Cuando somos capaces de decir lo que pensamos de forma adecuada y hacer lo necesario para el propio bien y el ajeno, somos dueños de un conocimiento interno, un autodominio y un saber ser, que nos posibilita cerrar círculos de consciencia en nuestra búsqueda de la unidad.
Malkuth se corresponde con los pies, el ano y la columna vertebral con su médula ósea, y es la esfera de la sensación y los sentidos externos e internos. También representa la boca, pues a través de ella manifestamos nuestra realidad en función de lo que vivimos en nuestro interior. La conciencia humana trabaja en malkuth a través del cerebro y el Sistema nervioso, recibiendo la información del mundo exterior a través de los receptores sensoriales. Esta información es interpretada, y a partir de esa interpretación, se construye la realidad.
La evolución comienza en Malkuth y desde aquí se proyecta hacia Yesod, trascendiendo el mundo material, para conectar con el aspecto psíquico y sutil de las cosas, pero como es arriba es abajo, Malkuth también emana de Yesod, pues vemos en el plano material visible aquello que proviene del mundo etérico e invisible. Asi vemos que en Yesod, se crean los moldes etéricos de las formas que se manifiestan en Malkuth. En Malkuth vivimos la experiencia y la información, y lo que hemos vivido, vuelve a Yesod donde las formas que ya no nos resultan útiles para nuestra evolución, son desechadas y sustituidas por otras más eficaces, creándose nuevos moldes que nos proporcionen nuevas experiencias, que nos ayuden en nuestro crecimiento personal.
Malkuth lleva en su interior todas las sephirot hasta que llega a la manifestación a través de la palabra y la acción, y es la madre inferior en contraste con la madre superior, en cuyo seno se nutren las sephirot superiores de Chokmah y Binah. Otra vez vemos la correspondencia entre lo de arriba y lo de abajo como una unidad de funcionamiento.
En Malkuth se lleva a cabo el matrimonio alquímico del espíritu y la materia a través de nuestra presencia que es la esencia hecha presente.
Esta séphira está dividida en 4 partes y cada una corresponde a un color: amarillo, verde oscuro, marrón rojizo y negro. Es la esfera de los elementos y el planeta Tierra. Su visión espiritual estriba en la capacidad de comunicarnos con nuestro ángel de la guarda (Estrella del alma). Los nombres de Dios asociados son Adonai Melek y Adonai Ha Artez, el arcángel es Sandalphon, el coro de ángeles Ashim o almas de fuego y la materialización es la Shekinah, la presencia divina en la tierra.