Existen varios canales a través de los cuales podemos impulsar la energía sexual tántrica por todo el cuerpo. Al principio, la energía sexual fluirá a través de los chakras y posteriormente, lo hará a nivel celular.
Los canales tántricos conducen la energía sexual desde los genitales hacia las diferentes partes del cuerpo, y sirven para unir la energía del alma al propio cuerpo, y también, para crear una unión más profunda de nuestra alma con nosotr@s mism@s y con la de nuestra pareja.
El fluir de la Kundalini permite una mayor activación de la energía KA, que representa el circuito eléctrico del cuerpo de luz que nos ayuda a anclar y materializar la forma de nuestro ser de luz. Representa la conexión entre el espíritu y el cuerpo físico, para permitirle al yo superior descender a la materia y a la persona, ascender hacia niveles superiores de consciencia.
La energía Kundalini es la energía que recorre la columna vertebral en forma de serpiente entrelazada, este movimiento se produce por el giro de nuestras células desde el sacro, donde se almacena esta energía hasta el chakra de la coronilla, estimulando el cuerpo físico, emocional, mental y espiritual.
Todos los canales tántricos masculinos comienzan al final de la próstata, donde el tubo de la próstata conecta con el pene, y los canales femeninos empiezan en el punto G, porque el clítoris está conectado neurológicamente con este punto.
Los canales tántricos de las piernas sirven para anclar la energía sexual y distribuirla por las células de las piernas, para que el yo superior pueda descender al cuerpo y ambas conciencias puedan fundirse en una sola.
El alma está conectada con la zona de los genitales, y cuando la energía fluye desde el punto G o la próstata hasta el alma, el amor y la pasión ascienden hasta el alma iluminándola y activando la conexión a un nivel más profundo tanto con nosotr@s mism@s como con nuestra pareja.
El canal del infinito conecta el segundo, cuarto y sexto chakra permitiendo un fluir y un intercambio de energía equilibrando la energía física, emocional, mental y espiritual, tanto en pareja como individualmente.
El segundo chakra rige la energía sexual y la capacidad de dar y recibir sustento y nutrición. Se activa cuando somos conscientes de nuestros sentimientos y sabemos expresarlos adecuadamente.
El cuarto chakra contiene la matriz del alma que se enciende según nuestra capacidad de amar.
El sexto chakra regenta nuestras actitudes mentales y espirituales y tiene incidencia en la imagen que tenemos de nosotr@s mism@s y de los demás.
Los tres chakras nos ayudan a conectarnos con los demás de forma consciente.
Los movimientos de tantra delfínico ayudan al fluir inocente y amoroso de la energía sexual.
Los delfines fueron enviados a la tierra antes que los humanos para que prepararan las frecuencias y las líneas de luz para el proceso evolutivo. Ellos nos ayudan a alcanzar el estado de cerebro unificado, para que podamos desarrollarnos a nivel espiritual conectándonos con la unidad. Su maestría consiste en enseñarnos como equilibrar el sistema eléctrico del cerebro y el cuerpo, para que el espíritu pueda descender a la materia. El proceso de movimiento delfínico ayuda a integrar los cambios neuromusculares que facilitan nuestra alineación.