SIGNIFICADO PSICOLÓGICO DEL SISTEMA DIGESTIVO:

 El sistema digestivo representa las relaciones familiares y la comunicación con el mundo externo. Indica la manera en la que asimilamos el mundo exterior. Una actitud positiva denota una forma de vivir fluida, en la que la persona se siente sostenida y nutrida por la vida, una actitud negativa en cambio, refleja un miedo y una falta de confianza en el proceso de la vida.

El sistema digestivo está en relación con el instinto de supervivencia. Pertenece al elemento tierra y constituye la parte material, pues a través de la digestión, procesamos los elementos materiales de este mundo, pero mediante la alimentación, no solo mantenemos vivo el cuerpo, sino que también nutrimos el alma. Podemos mantener una relación dinámica y armoniosa entre el cuerpo y el alma. Cuanto más sano esté el cuerpo, mayor es la posibilidad de mantener una interrelación dinámica con el alma.

El hambre está relacionado con el afán de posesión. Satisfacemos nuestros deseos comiendo. Cuando la persona necesita comer mucho dulce, suele ser un síntoma de falta de cariño, de amor y de seguridad. Si la persona tiene una fuerte tendencia intelectual, preferirá alimentos más salados, también dicen que las personas que son muy emocionales se sienten atraídas por las comidas picantes y estimulantes, y los que son más tímidos, rehúyen las situaciones conflictivas y son más propensos a vivir tranquilos, prefieren las comidas sin grasas, sin demasiada sal ni especias.

La función del aparato digestivo empieza en los sentidos de la visión, el olfato, el gusto, el tacto y la idea mental que cada un@ tenga acerca de los alimentos. Todo el organismo participa de esta función, desde el cerebro hasta los intestinos.

La digestión se encarga de mantener toda la estructura del cuerpo.

Los dientes: denotan nuestra capacidad de expresarnos, de morder, agarrar y sostener algo. La mala dentadura nos indica que la persona tiene dificultades en expresar la agresividad y en disfrutar la vida desde la actitud vital de alegría y disfrute. La persona suele carecer de vitalidad y tiene tendencia a la rumiación. Si la persona rechina los dientes por la noche, suele indicar una tendencia a reprimir la agresividad.

Unos dientes sanos y fuertes indican una buena capacidad de acción y reacción en los asuntos cotidianos.

Las encías representan la base sobre la cual se asienta la vitalidad, la afirmación personal y la capacidad de fluir en la vida.

La boca está relacionada con la capacidad de expresar nuestra verdad.

En la lengua podemos ver el estado de todos los órganos del cuerpo.

La garganta tiene la función de tragar, incorporar o integrar las experiencias de la vida.

El estómago es el que recibe todos los estímulos externos y los digiere o no, según su capacidad de aceptar, abrirse a las nuevas experiencias, sentir, entregarse y disfrutar.

El bazo mantiene el equilibrio y el centramiento personal, para que podamos abrirnos a una amplitud de miras y no quedarnos en la sensación de angustia, ansiedad y obsesión, por miedo a no saber resolver un problema. El bazo teme los fracasos en la vida, por eso, la persona se vuelve apática, insensible, perezosa y tiene la sensación de que todo en la vida resulta una dificultad.

El páncreas se relaciona con la capacidad de sentir y apreciar la propia dulzura y ser capaz de crear relaciones dulces y agradables o la sensación de amargura interna.

El hígado está en relación con la capacidad de expresión asertiva, la furia, la rabia y las pataletas internas cuando la persona no consigue expresarse o ser aceptada y la amabilidad, la generosidad y la simpatía, cuando se siente segura y agradecida en la vida.

La vesícula biliar  está relacionada con el temor a la pérdida, la ansiedad con respecto al futuro, la tendencia a la crítica y la falta de confianza en la vida o la capacidad de discernir y decidir con espontaneidad.

El Intestino delgado se encarga de pensar y analizar. Constituye la personalidad, la confianza y la fuerza de voluntad, para conseguir los propios objetivos, o la preocupación y la angustia de no recibir lo suficiente para vivir tranquilamente.

El intestino grueso revela problemas de retención y apego, tanto a nivel material como de pensamiento y sentimientos, pues denota la capacidad de dejar ir, soltar, fluir, coger, dejar y confiar en lo que la vida depara.

El dolor de estómago indica un dolor emocional por una pérdida afectiva. La persona tiene miedo de no ser el centro de atención y teme ser dejado de lado, no recibir el afecto y la atención que necesita, y encontarse sol@, sin apoyo en la vida. La persona se siente desilusionada, rechazada, aislada o sin el apoyo necesario. En fín, poco querid@.

El centro energético del aparato digestivo está localizado en el plexo solar y representa el poder y la seguridad personal, la capacidad de decisión y reacción, la voluntad y el grado de ánimo y vitalidad personal.

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